LOS PROBLEMAS
VISUALES EN LOS NIÑOS Y EL FRACASO ESCOLAR
El aprendizaje es un
proceso mediante el cual adquirimos conocimientos y destrezas. Estudios han
concluido que el aprendizaje del ser humano depende un 80% de la visión, un 8%
de la audición, un 6% del tacto, un 3% del gusto y un 3% de olfato. Es por esto
por lo que los problemas visuales no diagnosticados son una de las
principales causas de fracaso escolar. Los expertos estiman que
uno de cada tres niños con problemas escolares sufre algún problema visual.
Aunque se aconseja
revisar la vista al menos una vez al año, en niños en edad escolar sería
recomendable revisar la vista dos veces al año, una al comenzar
el curso y de nuevo en la mitad de este.
La relación entre la visión y el aprendizaje
Es evidente la
relación que el aprendizaje y la visión tienen desde las primeras etapas de
nuestra vida hasta que alcanzamos estudios más avanzados. La lectura es el
ejemplo más práctico que podemos encontrar en el día a día.
Las destrezas que
adquirimos mediante el proceso de aprendizaje se pueden dividir en cuatro
categorías: las cognitivas, las perceptuales, las motoras y las
perceptuales-motoras. Los sentidos se encuentran dentro de la
categoría de destrezas perceptuales y específicamente la vista incluye una gran
variedad de destrezas visuales que un niño necesita tener bien desarrolladas
para poder educarse.
La agudeza visual o
visión central es la capacidad de percibir pequeños detalles, determina la claridad
de la visión y es responsable del color de la visión y de la visión
diurna. Otras de las destrezas visuales esenciales son la
triangulación ocular, la acomodación o la visión periférica.
Posibles síntomas de problemas visuales en niños
Junto a las revisiones
periódicas también podemos fijarnos en señales que pueden ser el indicio de
problemas visuales. Si un niño se muestra frecuentemente cansado al volver de
clase, se cansa rápidamente mientras hace los deberes o cuando lee un libro
podría padecer hipermetropía. Incluso podrían aparecer dolores de cabeza
mientras se realizan estas tareas y ojos rojos. Por otro lado, si un niño
entorna los ojos para ver la televisión, para leer carteles en la calle o para
ver la pizarra en clase podría estar sufriendo miopía. Los niños miopes suelen
confundir números y letras escritos en la pizarra lo que resulta en ejercicios
y deberes mal realizados cuando quizás ellos si sabían la solución. Por
último, si un niño inclina la cabeza para uno de los lados para mirar podría
padecer un problema de movimientos oculares como el estrabismo o de preferencia
ocular como el ojo vago.
Los más pequeños no
tienen una referencia de cómo debe ser una vista sana por lo que no pueden
detectar por ellos mismos los problemas de visión. Estar alerta
de todos estos síntomas puede ser muy útil para localizar los problemas
oculares con rapidez. Además, de los anteriores los niños
pueden sufrir períodos de hiperactividad, bajo rendimiento o astenopia,
síntomas comunes a muchos trastornos del aprendizaje. Es importante aclarar que
no es lo mismo un trastorno de aprendizaje a causa de un problema en la visión
que a problemas de tipo cognitivo.
La importancia de la detención temprana
Desde “Centros Ópticosy Auditivos Zas Visión”, recomendamos que la primera revisión ocular se realice
entre los 3 y 4 años. El cerebro de los más pequeños se adapta a estos
problemas visuales lo que complica su detención a medida que pasa el
tiempo. El papel de padres, profesores y familiares se hace fundamental
para llegar a tiempo a estas anomalías y poder corregirlas con éxito. Sin
embargo, encontramos datos del sector que indican que solo el 27%
de las revisiones oculares corresponden a niños de entre 5 y 10 años.
Así que no lo dejes de lado, ¡solicita ya tu revisión visual!
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